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La Caridad en Camagüey

La Plaza de La Caridad
Lleva este nombre por lo menos desde 1760 debido a que cuando se estaba formando ese barrio adquirió el nombre de la avenida principal.

La plaza es rectangular, su relación es de 1:1,5 y sus dimensiones son de 84 x 112 m (excluyendo los portales) en correspondencia con las recomendadas en las ordenanzas de Felipe II, siendo durante un tiempo la mayor y más regular de las plazas camagüeyanas. Se encuentra delimitada por cuatro calles en los extremos: Sociedad Patriótica, Cuba, Coronel Bringas y Avenida de la Libertad.

Aunque los primeros habitantes de la plaza fueran personas de escasos recursos económicos, a medida que la zona fue ganando en auge, se fue despertando el interés de las familias más acaudaladas del Puerto Príncipe quienes fueron asentando en el área sus casas de recreo y segundas viviendas. También, aparecen lugares para el hospedaje de los peregrinos que asistían a las celebraciones en honor a la Patrona de Cuba.

En la visita eclesiástica en 1756, el obispo de Cuba, Morell de Santa Cruz, expresó:[…] toda la Iglesia está circunvalada de portales de azotea con 4 varas de hueco al alto de sus paredes, comienzan con la de una capilla y la van bordeando hasta rematar con la otra, todo continuo e incorporado con la propia iglesia, cuya vista queda muy hermosa, y sus paredes y cimientos preservados de las lluvias; a distancia de 10 varas de los portales corren en contorno unas murallas con dos puertas a los costados, y una al frente, y por la parte interior y exterior, cocos y varios árboles frutales sembrados a trechos que divierten y refrigeran. Tal afirmación permite deducir que, una vez terminado el oficio religioso, solía reunirse aquí el grupo de fieles y vecinos a compartir la belleza del lugar sirviéndose frutas o, para mitigar el calor a la caída de la tarde.

No es posible pasar por alto la concepción geométrica de la Plaza que se destaca visualmente al final de la calle principal en cuyo centro se alza la Iglesia. Quizás el hecho de ubicarla en el punto más alto de la zona y el uso de escalones para llegar a ella, constituyen una deliberada división entre el mundo terrenal y la “Casa de Dios”.

En el exterior, el conjunto formado por la Plaza y la Iglesia imponen igual distanciamiento mediante las calles amplias y rectas. Ubicadas alrededor de la Plaza se erigieron las viviendas unificadas entre sí por el uso del portal peatonal, único también en cuanto a su uso en la ciudad, el colorido que ofrece la cubierta de tejas, marca el límite donde comienza el espacio destinado al mortal.

La Avenida de La Caridad
Pasado el puente, existía un camino a continuación del cual nacían las primeras manzanas de la barriada de La Caridad. En ellas se levantaron las primeras casas muy modestas, pero de confortable aspecto, rodeadas por portales que flanqueaban la calle principal por ambos lados. Una vez atravesado el puente, a mano derecha la numeración era impar y, a la izquierda, par.

Desde 1774 en el lugar residía un grupo de personas de escasos recursos económicos, pero a la vista de su ubicación y las facilidades ofrecidas por parte del Ayuntamiento, se convirtió en el punto de interés de las familias acomodadas de la sociedad principeña, quienes edificaron en esta zona sus casas de recreo, prestigiándola ron con el lustre de sus apellidos.

Hacia 1838 durante su visita a Puerto Príncipe, Antonio Bachiller dijo que: […] la calle principal del barrio de La Caridad es muy extensa, recta y hermosa: arranca del sólido puente de La Caridad sobre el río Hatibonico al lado opuesto del camino de la Habana. Todas las casas tienen portales, pero desnivelado el piso de ellas: en esta calle hay muchos rasgos de la Calzada del Monte […].

En 1843 D. Pedro Pinazo, Magistrado Inspector del Cuartel de la Caridad, adoptó entre otras medidas, la formación de un paseo en la barriada, dada la importancia de su calle Real y la concurrencia de esta en los días festivos. Propone la subrogación de un nuevo alumbrado por fanales de reverberos, colocados a distancias proporcionales en dos líneas, que dividiesen la calle Real en tres, una central para el tránsito de caballos y carretas y las dos laterales para la gente de a pie y volantas, con la distribución que en igual sentido admitiese la Plaza, y la plantación sobre esta de dos líneas de farolas, pintadas de verde y con sus reflejos de platino y lámparas de cobre. Esto daría a la Plaza y a la calle Real la importancia que merecían de acuerdo a su dimensión y proporciones, aumentando considerablemente el valor de la zona. El arquitecto D, Juan Collot se brindó gratuitamente para realizar los trabajos.

La mano de obra fue aportada por presidiarios. Gracias a los planos trazados se comprobó que la calle era mucho menos recta de lo que parecía y que el ancho era desigual a lo largo de su trayecto. Esto trajo como consecuencia que no se pudiese utilizar dos líneas de arbustos y farolas, sino una sola línea central que dividiese la calle en dos bastante espaciosas y regulares. […] la obra medía 973 varas castellanas de longitud y 24 de latitud la dividía en 2 calles o frentes laterales y una central, esta última tendrá 2 varas 1\4 de ancho y quedará en poco superior a las dos laterales para evitar el choque de los carruajes que corren por las otras preservando allí de este peligro la línea de farolas, asientos y arbustos que se colocaron en el centro de dichas calles, por cuyo motivo quedará garantizada en toda su extensión que servirán a contener el terraplén sobre el cual se colocarán una línea compuesta de 32 farolas de reverbero montadas sobre pilares y pescantes de hierro encajadas en pedestales de madera de fuste empotrados en vanos de mampostería, 20 asientos también de mampostería de 1 vara de ancho, 20 pulgadas de alto y 3 varas de largo, serán dobles y se les colocará un espaldar en el centro y 4 brazos en sus extremos de hierro, entre intermedios se formarán 220 cuadros de mampostería de 1 vara de diámetro para la plantación de igual número de arbustos. Las calles destinadas a los carruajes quedaría cortadas por sardineles colocados a muy poca distancia en sentido transversal […]

El 30 de diciembre de 1898 entra en Puerto Príncipe el Tercer Cuerpo del Ejército Libertador al mando del General de División Lope Recio, venían además Salvador Cisneros Betancourt y Rosa la bayamesa, a partir de entonces esta avenida se llamaría de La Libertad. Con el paso de los años la Alameda, sufrió una verdadera transformación hasta quedar reducida a ruinas, desapareciendo todas las flores que fueron sustituidas por matas de mango paridas, traídas desde las fincas cercanas, y los poyos y el piso reducidos al peor estado; todo esto motivó que a principios del siglo XX todo el paseo fue embaldosado con grandes lozas y ensanchado.

Cuando triunfó la Revolución, las tropas cubanas transitaron por esta avenida el 4 de enero de 1959, al dirigirse a la Plaza de la Caridad.

Iglesia de Nuestra Señora de La Caridad del Cobre
El coronel Don Carlos de Bringas y de la Torre y su esposa doña Juana de Varona y Barreras edificaron a su costa el actual santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, en un terreno que adquirieron fuera de la población junto al Camino Real de Cuba, como punto intermedio de descanso en el peregrinaje hacia el Cobre en Santiago de Cuba.

Enriquecieron el templo con valiosas joyas de oro y plata; construyeron una casa de alto frente a la iglesia para que vivieran dos capellanes, a quienes dotaron competentemente e impusieron además $4000 para que el crédito de $3200 fuesen invertidos por el Mayordomo del templo en reparar sus fábricas, provisión de lo necesario para el servicio de ambas capellanías y culto de la imagen citada, y el rédito de los $800 restantes para una luz de la lámpara que debe cuidar la patrona y para aseo del local. Cifras considerables teniendo en cuenta que en esa época valía $3 una res vacuna, $8 un caballo y de $1,75 a $2 un buen cerdo para el matadero.

El día 8 de septiembre de 1734 se colocó solemnemente en el santuario el “Divinísimo y la imagen de Nuestra Señora, con la advocación de Caridad”, dice un escritor de la época; celebrándose con tal motivo la primera feria de la Caridad de Puerto Príncipe, que son tradicionales y que inspiraron la novela de su nombre al ilustre camagüeyano don José Ramón de Betancourt.

Años después el templo fue ampliado con dos galerías de arcos por los hijos del matrimonio, doña Catalina de Bringas y de Varona y su hermano, el coronel de milicias Diego Antonio de Bringas, que dio nombre a una de las calles que atraviesa la plaza.

Durante la guerra de 1868 a 1878 el templo fue convertido en alojamiento de tropas de la guarnición y luego en hospital militar de atacados de cólera, por cuyo motivo la imagen de la Virgen de la Caridad fue trasladada al Santo Cristo del Buen Viaje y de este templo a la ermita de San Francisco de Paula, hasta que extinguido el mal y desocupada la iglesia, volvió a su altar.

Algunos años después, varios vecinos de la barriada proyectaron levantar un piso más a la torre y poner un reloj público en la misma y efectuada una colecta por las Srtas. Sanz Agramonte, recogieron más de medio millar de pesos. Después, la interesante señora Altagracia Sanz Agramonte, viuda de Recio, entregó al padre Felipe de la Cruz, Párroco de La Caridad, la suma de $986.69 que tenía en su poder de lo colectado y de lo aportado por ella, cuya suma fue depositada en el Banco de Canadá, y sería empleada en la próxima restauración del templo, según proyecto de un Comité formado por personas religiosas y de verdadera fe, que se proponían acometer la empresa de restaurar la iglesia en forma que fuese digna de la Patrona y de la importancia de esta capital.

En la actualidad, después de su reconstrucción total, terminada en 1935, que le impuso características modernas pero que se adaptan a las pesadas y voluminosas proporciones de sus congéneres, la Iglesia de la Caridad es la más joven de las construcciones actuales. Posee tres naves, su planta es rectangular y cuenta con portal, atrio, baptisterio, capilla, presbiterio y sacristía.

Su fachada principal está formada por un portal compuesto de tres arcos de medio punto, siendo el del medio, mayor y abocinado; sobre este un nicho con la imagen de la patrona de Cuba, levantándose el paño de muro en forma triangular, apuntando hacia la torre redonda que la corona, conformada por arcos de medio punto sobre un tambor hexagonal y rematada por una cupulilla apuntada, que contrasta con la tosca y compacta cúpula que se levanta sobre el crucero, apoyada en pechinas.

Sus exteriores modernos utilizan los vanos de medio punto sin resaltar, cerrados por las puertas naturales o ventanas. La parte posterior de la iglesia es la más antigua y aún mantiene algunas de sus características de macicez, ventanas con derrames y alero de cornisa y teja criolla.

Sus muros de ladrillo y cemento varían su grosor desde 0,40m a 0,80m en la parte más antigua. El techo de la nave principal es de bóveda pero más plana que la de cañón, posee nervaduras en forma de arco carpanel o apainelado, siendo aún más plana en las naves laterales.

El presbiterio se cubre con la cúpula hemisférica y el pequeño transepto con bóvedas que apoyan transversalmente. La sacristía posee un techo inclinado. La cubierta es de tejas en esta última parte y el resto se cubre con losa de barro.

Feria de La Caridad
Una de las costumbres tradicionales de Camagüey consistía en la llamada “Feria de La Caridad” que comenzaron a desarrollarse en el año 1734, al concluir la construcción de la iglesia, siendo una de las más importantes la celebrada en el año 1821, a la que asistió el capitán general don José Gutiérrez de la Concha, Marqués de La Habana, con su familia y séquito brillante.

Tomando como excusa el 8 de septiembre, “día de la Virgen de la Caridad”, en la plaza donde se encuentra enclavada la iglesia de este nombre se efectuaban fiestas populares, donde no faltaban los salones de baile, quioscos para la venta de baratijas, así como bebidas alcohólicas, refrescos y comidas. Se paseaba por la plaza y la amplia Avenida de la Caridad.

Y era característico (durante muchos años) el juego, que en la época del a república mediatizada auspiciaban profesionales del mismo, utilizando distintos medios que abarcaban desde el tiro al blanco o las argollas, hasta los aparatos mecánicos que se trasladaban de los garitos oficiales a la plaza de la Caridad.

Existieron otras épocas en que la amplia avenida sembrada de mangos era alumbrada con los hachones de cuaba, que volcaban el día en la noche para alegrar el paso de las bellas camagüeyanas en volantas adornadas, mientras en los portales de las amplias residencias se jugaba a la lotería y en los salones interiores la juventud bailaba.

Lógicamente no faltaba la procesión con sus modificaciones consecuentes.

Tomado de: Ecured



12 Comentarios en “La Caridad en Camagüey

  1. Este es mi barrio tengo lindos recuerdos de mi infancia y juventud lo recuerdo y quiero siempre vivi en Pancha Agramonte 172 con la familia Mendoza hernandez.

  2. Cuantos gratos recuerdos de la juventud nos vienen a la mente cuando vemos la estampa de la iglesia de la Caridad de Camaguey.
    Como ex-alumno de la Escuela Salesiana de Artes y Oficios de Camaguey me siento intimamente atado al recuerdo de los años de niñez pasados entre la Escuela y la Iglesia.
    Esos recuerdos son imborrables.
    Que Don Bosco nos siga guiando
    Manuel Meitin

  3. Queria saber como puedo averiguar datos de uno de sus capellán don Julio Villasana en los años del 1868 -1869. Estoy muy interesado obtener datos de dicho párroco por razónes personales. Cualquiera información seria apreciada.

  4. Hola
    Muy especialmente les agradezco cualquier información que me puedan facilitar sobre el sacerdote Julio Villasana Mas, quien ofició como tal para finales del siglo 19 en ciudades como Santiago de Cuba.
    Quedo a la espera de sus noticias

  5. por favor estoy tratando de enviar un comunicado y necesito el codigo postal de donde esta la arquidiciosis de camaguey. Les agradezco de antemano

  6. para Niurka, le estoy informando la direccion que UD. NECESITA, de la Arquidiocesis esta esta en Cisneros #168, entre Marti y Luaces, Camaguey, cp.70100., espero sea de su ayuda., RUFINA ROSABAL

  7. Por favor si pudiera orientarme mi abuelo eera hijo de español y vivió en Camagüey nació en el año 1902 llamado Ángel prado Sánchez hijo de Juan prado Vega quisiera saber dónde dirigirme p obtener datos

  8. Hola. Agradezco me puedan orientar sobre dónde dirigirme para conseguir información sobre el sacerdote cubano Julio Villasana Más, quien apoyo a la revolución que lucho por la liberación de Cuba de España. Además de los sitios de internet que aparecen junto a este blog, si conocen de otra fuente o punto de contacto. Gracias

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