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Vínculos de Cuba y México

Las actuaciones en La Habana del tenor mexicano José Mojica

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Por: Ramón Fajardo

Vamos a referirnos hoy a las presentaciones que a finales de 1931 realizó en el teatro Nacional, de La Habana, José Mojica (1896-1974), considerado, en su contexto, el mejor tenor de América Latina. En su única temporada ofrecida en Cuba, este cantante vino contratado por Ernesto Lecuona, quien meses antes lo conociera en las semanas que él permaneció en Hollywood, donde se habían solicitado sus servicios para colaborar en la musicalización del filme de la Metro Goldwin Mayer titulado “Canción de amor”, el cual protagonizaron el barítono Lawrence Tibett y la actriz mexicana Lupe Vélez.

En medio de aquellos trajines, Lecuona intimó con Mojica, que, después de triunfar como cantante de ópera, comenzara en 1928 una carrera en constante ascenso en películas habladas y cantadas en español, porque – además de su excelente voz – encarnaba el tipo de galán latino requerido por los cánones melodramáticos de la época a partir de Rodolfo Valentino.

Invitado por el intérprete vocal y actor, Lecuona visitó la residencia mandada a construir por Mojica en Santa Mónica. Allí nuestro genial músico asistió seguido de la Orquesta cubana de los Hermanos Palau, que lo acompañaba en la realización de la aludida película, junto con cantantes y bailarines criollos.

Y en la sala de la casa, en la que había un gran piano de cola, Lecuona improvisó una memorable audición e hizo la siguiente oferta al artista mexicano: “Tienes que ir a Cuba. Tendrás un éxito enorme”. Y, seguidamente, Lecuona propuso a José Mojica la suma de mil dólares por cada concierto que ofreciera en La Habana.

La oferta no resultó nada despreciable para José Mojica, que a la sazón buscaba el modo de obtener dinero para apoyar económicamente la lucha de los cristeros mexicanos.

Acompañado del pianista Troy Sanders, el tenor partió de la ciudad portuaria de Veracruz hacia la capital cubana, en la que su llegada provocó un entusiasmo como muy pocas veces se viera antes en nuestro país. “Desde mi arribo advertí – narra el tenor en su autobiografía – que tenía que enfrentarme a un público amigo al que debía tratar de manera especial. La recepción que me preparó Lecuona fue sensacional. Tenía que entregarme, sin reservas, a un público entusiasta. La seriedad y compostura no encajan con los cubanos, que aman la confianza, la franqueza, y se interesan por la persona. Me lo había advertido Esperanza Iris cuando me refería el trato familiar y cálido que le deban en toda la Isla”.

Para el 14 de diciembre de 1931 se programó la primera presentación de Mojica en el Nacional, en cuyos alrededores el tumulto fue de de tal magnitud que apenas la policía lograba contenerlo.

El automóvil que trasladó al artista tuvo que desplazarse entre un verdadero océano de personas que gritaban, saludaban y exigían ver al debutante. Toda La Habana anheló ver y oír a José Mojica.

La gente perdió hasta el miedo de las anunciadas demostraciones contra el régimen de Gerardo Machado que podían obligar al público a abandonar el teatro, como antes sucediera al estallar una bomba cuando cantó en el mismo escenario el mundialmente famoso Enrico Caruso Como estaba anunciado, a las 9 p.m., en compañía de su pianista, salió el divo al escenario del Nacional, donde los espectadores, que colmaban la sala, le tributaron una emotiva ovación a lo largo de varios minutos.

La primera parte del concierto tuvo una formidable aceptación.
Pero al empezar la segunda, una bomba lacrimógena obligó a suspender el concierto durante quince minutos. “(…) con la atmósfera viciada por los gases, reanudé el programa.

Nunca antes había sido cantada por voz masculina –habíanla dado a conocer solamente las sopranos – la canción de Lecuona, “María la O”.

La canté entonces en un arreglo especial hecho por mí, con recitados y declamaciones que la hacían propia para una voz varonil.
Su efecto en el público fue tremendo. Por ello recibí una de las más grandes ovaciones de mi vida (…)”.

Los restantes conciertos de José Mojica en el Nacional tuvieron lugar los días 16, 20, 25, 26 y 28 de diciembre de 1931. El día 30 de ese mes se le dio un homenaje de despedida en ese teatro al artista visitante.

Sin embargo, la nota discordante en ocasión de la permanencia del tenor mexicano en Cuba la dio la prensa, que salvo contadas excepciones, se dedicó a hacerle la vida imposible.

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Ocultándose mezquinos intereses, juzgó, con extremado criterio machista, la condición de galán elegante y delicado del famoso “Valentino de la Ópera”. “(…) si tuve grandes alegrías en La Habana, también sufrí grandes dolores.

Había intereses que resentían perjuicios con el artista que dejaba sin público los demás teatros; empresas cinematográficas que creían necesario desacreditar y aun calumniar al que les causaba pérdidas; periodistas sin ética profesional que esperaban gratificaciones de mis empresarios y que, por no obtenerlas, escribieron artículos llenos de sátira y malicia.

Hubo caricaturas, que, a más de bobas, eran insultantes. El remedio que me propusieron para acallar los comentarios, era peor que la campaña de calumnia. Debería yo abofetear en público a cierto periodista; correr una aventura amorosa con cualquier mujer casada; jugar grandes sumas en casinos clandestinos; organizar juergas y visitar casas de mala nota. Debía ser admirado como hombre mundano, no como artista de buenas costumbres.

(…)”. De todas formas las actuaciones de Mojica en La Habana, a finales de 1931, significaron un suceso artístico.

Lecuona se anotó un rotundo éxito en su faceta como empresario artístico. En 1941, en la plenitud de su fama internacional, José Mojica, a raíz de la muerte de su madre, abandonó su carrera profesional para ingresar en un convento. Hizo voto de pobreza, y se dice que en tales circunstancias Agustín Lara le dedicó el bolero “Solamente una vez”: solamente una vez/ se entrega el alma/ con la dulce y total renunciación… Dos años después recibió las órdenes menores y, después de hacer el noviciado, José Mojica se ordenó sacerdote en Lima.

Con la debida autorización religiosa, volvió a actuar en varias ocasiones, prácticamente hasta poco antes de su muerte, en la capital peruana, el 20 de septiembre de 1974, a los 79 años de edad.

Tomado de: http://www.habanaradio.cu



4 Comentarios en “Las actuaciones en La Habana del tenor mexicano José Mojica

  1. estoy encantada con la vida del tenor se requiere mucha renunciacion para dejar todo lo conquistado por un amor sublime.

  2. ME GUSTARIA VER VIDEO DEL PADRE JOMOJICA CANTANDO EN CMQ EN EL PROGRAMA VIERNES DE COLGATE?.SE HIZO EN LA NAVIDAD DEL ANO 1955?.CREO QUE FUE LA ULTIMA APARICION DEL PADRE EN LA HABANA.Todos estos videos son my valiosos.los difruto mucho.Franciscoj martinez calvo.

  3. tengo pertenecias del Tenor Jose Mojica, El vestuario de la pelicula capitan aventurero, capa usada en la opera de chicago, traje completo de franciscano, incluye zapatos, rosario, pergamino firmado a jose mojica por los grandes artistas de esa época ( Jorge negrete, Pedro Vargas, libertad lamarque, etc) correspondencia personal, fotografías, posters de las películas, la cruz y la espada y demás vestuario, interesados mandar correo a ogg26@hotmail.com con titulo jose mojica, saludos

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