Miguel Aceves Mejía: El cantor del sombrero y las rancheras
Por Leonardo Depestre Catony
Sombrero y traje de charro, mechón blanco a la altura de la frente, revólver a la cintura y voz bravía: he ahí el retrato del cantor mexicano Miguel Aceves Mejía, que fuera ídolo en su país y en Cuba, de manera muy especial, durante la década del 50.
Dos visitas, hizo el charro a La Habana, en los años 1951 y 1958.
La primera, cuando su carrera despegaba no ya en México sino en Hispanoamérica. Se le escuchó en la radio y se le vio en la televisión, entonces todavía un suceso en el país.
Cuando regresó para cantar en el cabaret Sierra de La Habana durante los meses de marzo y abril de 1958, hizo el siguiente comentario al entrevistador del semanario Bohemia:
“¡Como ha crecidoLa Habana! Me parece mentira que en tan poco tiempo haya cambiado tanto.”
También narró acerca de sus comienzos:
“En mi familia el arte en todas sus manifestaciones viene a ser algo así como la propia raíz de existir. Mis parientes más cercanos son compositores, intérpretes y hasta fabricantes de instrumentos.”
Habló de su debut (cantando boleros), de su paso rápido a la capital mexicana, y de cómo contaba con varios reconocimientos y un Premio Ariel con la canción Ya se va la embarcación. También, de las películas en que había participado. Se le anuncia como “uno de los artistas más populares del continente”. Su éxito en Cuba ‒país que había visto pasar y escuchado cantar a Jorge Negrete y a Pedro Infante‒ confirma que la aseveración no es exagerada.
El cantor murió a los 90 años, el 6 de noviembre de 2006, y se le enterró dos días después en el Panteón Jardín de la Ciudad de México. Se le llamó Rey del falsete y El falsete de oro y su carrera se prolongó por más de seis décadas, sin que sus interpretaciones dejaran de ser atractivas para sus admiradores ni para las casas discográficas, aunque siempre lo hizo en condición de artista exclusivo, para la RCA Víctor.
El legado
La canción folclórica tradicional y la ranchera hallaron en la voz de Miguel Aceves Mejía al artista que la llevó, junto al mariachi, a todo el mundo. Y aunque su fuerte fue cantar, figuró en un gran número de películas, por lo que no debe olvidarse su faceta actoral. Citemos algunos de los títulos de aquellas cintas que perduran por sus interpretaciones musicales: Rancho alegre (1940), Camelia (1953), A los cuatro vientos (1954), Historia de un amor (1955), Música de siempre (1956), Que me toquen las golondrinas (1956, en Argentina), Tú y las nubes (1956, en España), Amor se dice cantando (1957, en Argentina), Cuatro copas (1957), Guitarras de media noche (1957), Bajo el cielo de México (1957), Échame a mi la culpa (1958, en España), Viva quien sabe querer (1959, en Argentina), Paloma brava (1960), Si yo fuera millonario (1962)… hasta totalizar alrededor de 60.
Grabó más de 1600 canciones, entre ellas Malagueña, Yo tenía un chorro de voz, La del rebozo blanco, Vaya con Dios, El jinete, Ella, Cuatro Caminos, La que se fue, Camino de Guanajuato, Guitarras de media noche, El pastor, La barca de Guaymas, Serenata Huasteca, No volveré, Se me hizo fácil… Destacan los duetos que hizo con Libertad Lamarque, Pedro Vargas y Marco Antonio Muñiz. El cantor también grabó con Lucio Milena el disco titulado Tangos en bolero a la manera de Miguel Aceves Mejía, por lo que se trató de un artista que no solo cantó los géneros folclóricos mexicanos. Las películas, los discos y por sobre todo su voz, le dieron una gran popularidad en toda Hispanoamérica.
Fuente: www.cubanow.net
MIGUEL ACEVEZ MEJÍA ES Y SERA UN ASTRO DE ORO EN EL CINE MEJICANO Y LATINOAMERICANO, EN TIEMPO DEL COLEGIO EN LA CLASE DE CANTO TODOS LO IMITAVMOS
se que no tiene que ver,, pero ah como nos molesta a los mexicanos que escriban con la J mexico,, en fin saludos