Rincón de Cuba

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Iglesia Parroquial Mayor de San Salvador. Bayamo

Por Roberto Roldós Lirio

… En el año 2004 a raíz de los procesos de restauración de la Capilla de Ntra.Señora de los Dolores se encontró detrás del retablo oculto desde 1740 un significativo boceto realizado en negro de humo, una de las obras más importantes del arte religioso cubano…

La ciudad de Bayamo, con el incendio del 12 de enero de 1869 pierde importantes exponentes de la arquitectura doméstica y religiosa entre los que se encontraba su iglesia Mayor dedicada al Santísimo Salvador.

De la riqueza patrimonial que había en ese templo, solo queda en pie la capilla de Nuestra Señora de Los Dolores, que desde 1740 se levanta junto a la parroquial mayor. Ambas obras de fábrica que conforman un conjunto edilicio singular de arte sacro, se ubican en el entorno urbano de la Plaza del Himno Nacional atesoran piezas de notable valor patrimonial que expresan ya desde época tan temprana las características del arte cubano.

… Se inician los trabajos de Restauración
Con la proclamación de la Diócesis de Bayamo-Manzanillo el 9 de diciembre del año 1996, por decreto del Papa Juan Pablo II, la Parroquial Mayor es elevada al rango de Catedral, pero su nueva dignidad descansaba en una estructura erosionada por el curso de muchos años de ausencia de cuidados y de dedicación que este patrimonio nacional requería.

El lunes 11 de marzo de 1996, se iniciaron las labores de restauración de la catedral que tenían como finalidad, consolidar y rescatar los elementos estructurales del techo, adecuar espacios, reparar la carpintería y recuperar el conjunto de elementos ornamentales deteriorados para finalmente lograr la restauración de la capilla.

El 5 de noviembre de 1998 con el aniversario 485 de la fundación de la ciudad, queda concluida una de las etapas más complejas de la restauración de la catedral; la recuperación de todo el techo y la restauración arquitectónica del edificio, quedando pendiente para la etapa subsiguiente otras acciones de carácter arquitectónico, espacial y decorativo.

El templo, hoy catedral del Santísimo Salvador de Bayamo y su capilla han sido encuentro privilegiado con la historia cubana, por ser ambas testigos de las primeras inquietudes patrias del pueblo cubano. Aquí se interpretó por primera vez en la nave principal de la parroquial la marcha que, con posterioridad, llegaría a ser el Himno Nacional cubano. Más tarde, en el año de 1869, en el atrio del propio edificio y en presencia del gobierno en armas en pleno, se produjo la bendición de la bandera que enarbolaron los insurgentes cubanos en la llamada Guerra de los Diez Años. Este hecho fundacional fue perpetuado en un óleo de 8,5 metros ancho por 4,5 metros de alto, pintado por el artista dominicano Julio Desangles siguiendo un estilo de la escuela de Sorolla. Este cuadro, expuesto en el arco formero de la nave principal demoró cinco meses en su ejecución y es a su vez la única pintura con un tema patriótico en un templo católico cubano.

La capilla de Nuestra Señora de los Dolores es una de los más significativos exponentes del arte sacro tradicional de la ciudad, debe su construcción al mandato del sacerdote don Luís Piña y Provenza y se inició como lo indica la viga que se localiza debajo del coro: el sábado 24 de enero de 1733 y se bendice dedicándola al culto un 24 de abril de1740.

Su humilde belleza patrimonial quedó como testigo de todo el esplendor del antiguo templo. Es un exponente fiel de la arquitectura colonial cubana. Sus pilastras adornadas en sus cuatro caras triangulares con azulejos que representan pasajes de la Biblia fueron producidos en Delf, Holanda e introducidos en Bayamo por el comercio de contrabando, son piezas únicas realizadas con notable maestría y belleza.

Su artesonado realizado en madera por artesanos locales, cuenta entre sus motivos principales con elementos tropicales. Estos curiosos trabajos destacan la originalidad de sus artífices del siglo XVIII, cuando aún no se podía hablar de una nacionalidad cubana. Este techo es único, pues no se conoce otro de su tipo en el interior del país.

No resulta ajena a toda la riqueza de la carpintería, la puerta principal de la capilla, que conserva su estructura original de la época de su construcción y es uno de los elementos más antiguos del conjunto que maestros carpinteros bayameses elaboraron utilizando los códigos de la puerta española de clavos. Los artífices para su construcción emplearon como medio de rotación los pivotes de madera y sobre el bastidor cuatro tablas de cedro a todo lo alto, fijadas con clavos de bronce formando su cabeza una flor cuadrifolia doble.

El arte barroco, cuya historia comenzó en los seiscientos, tuvo una masiva implantación en las colonias iberoamericanas donde va a surgir en una mezcla sincrética con la cultura y el arte de los pueblos de ese continente. Cuba, no es ajena a esta manifestación y la capilla con su retablo ( retro-tabolum, detrás del altar), es clara expresión de ese arte.

El retablo presenta en su configuración la dinámica de sus formas y apariencia, con un firme deseo de producir movimiento y agrado en sus detalles ornamentales, con su interior profusamente dorado y policromado; y su zócalo con motivos tropicales de la flora autóctona, lo hacen distintivo dentro de las primeras expresiones artísticas cubanas.

Preside la capilla la imagen que representa a María, con el título de Virgen Dolorosa, colocada en un camerín. Dicha imagen fue colocada el 24 de abril de 1840, un siglo después de su consagración, según narra la historia de la localidad. Se le atribuye su realización a un desconocido artista italiano cuyo nombre se ha perdido con el tiempo, quien tomó como modelo para la imagen a la joven bayamesa Dolores Estrada, según cuenta la tradición oral. Otra versión señala “que las manos y el rostro de Ana Tamayo sirvieron de modelo al tallador”. Ana Tamayo y Tamayo fue la esposa del Brigadier Pedro de Céspedes y del Castillo, el hermano más joven del Padre de la Patria.

Constituye otra pieza del drama de la pasión, el Cristo yaciente, quien se incluye dentro de la colección de imágenes vestidas que sobre este tema existen en la catedral bayamesa, las cuales son una singular muestra cubana sobre el tema.

Otro objeto de notable valor patrimonial es el crucifijo que corona el retablo, pieza anterior a este elemento. Según cuenta la historia, se atribuye su procedencia al comercio de rescate o contrabando que esta zona de Bayamo tuvo de manera abundante hasta 1633. Su estilo corresponde a las tallas del siglo XVI y principios del XVII, procedente de Europa, México o República Dominicana.

La obra de fábrica oculta detrás de su retablo desde 1740 un significativo boceto realizado en negro de humo, una de las obras más importantes del arte religioso cubano, su existencia no era desconocida para algunos historiadores y personas de la ciudad; y en varias ocasiones fue objeto de análisis sin llegar a concretarse su contenido en su totalidad. Su superficie es de unos 50 metros cuadrados.

En el año 2004, se pudo puntualizar su descripción por medio de las investigaciones realizadas por el equipo integrado para la restauración del edificio sacro conformado por especialistas de la Universidad de Firenze, Bienes culturales de Roma, ambos de Italia, el Obispado de Bayamo-Manzanillo y un aporte financiero del Programa de Desarrollo Humano Local (PDHL).

La pintura, de manera general, representa elementos figurativos de la Pasión de Jesucristo, en tres niveles de composición, un primer nivel referido al camino hacia el Calvario, un segundo nivel asociado a la Crucifixión y un último nivel asociado a la Resurrección de Cristo, estos elementos se conjugan con la presencia de ángeles, arabescos y diferentes personajes. Como colofón de esta muestra se destaca el vinculado a figuras asociadas a la Resurrección, presidida por la imagen de Jesucristo y la Virgen de los Dolores, que se mantuvo desconocida para la historia hasta su descubrimiento en el año 2004.

Los elementos alegóricos observados son los siguientes:
• Hombre con estampa de guerrero, barba, espada y una especie de turbante en la cabeza.
• Hombre con barba, bigote, cabello ensortijado, vestido con capa o manto y un arma blanca en la mano con la inscripción: Justicia.
• Hombre con una bolsa en la mano, representa a Judas Iscariote.
• Ángel junto a una columna y un gallo.
• Ángel con un reloj de arena.
• Ángel junto a la lanza y la escalera.
• Mano izquierda con un templo en la palma en señal de ofrecimiento.
• Nazareno cargando la Cruz

El retablo de madera que oculta la pintura fue colocado antes de 1756 (?), hipótesis que se sostiene por la descripción que realiza el obispo e historiador Pedro Agustín Morell de Santa Cruz y de Lora, en su libro La visita eclesiástica dice: “… la capilla de los Dolores, que es nueva, con su retablo sin dorar…”.

La presente obra de arte sacro, hecha quizás por artistas locales, como el resto del inmueble y sus realces, es una de las pinturas religiosas más antigua realizadas en un muro de Cuba que permaneció oculta hasta su total descripción.

En el conjunto religioso se guardan dos pilas bautismales; una de piedra, que data del siglo XVIII, donde se bautizaron patriotas e ilustres personalidades y muchas generaciones de cubanos valiosos y la segunda, de mármol, la que fue traída de la antigua iglesia de La Luz; uno de los catorce templos que había en Bayamo antes del incendio y que luego se preparó para que allí radicara la parroquia en espera de la restauración de la parroquial mayor, lo que se produjo en el año de 1919.

Al enunciar los valores patrimoniales con que cuenta en el recinto, sin duda uno muy característico son los ornamentos usados por el Padre José Batista y Rodríguez de Orellano en la bendición de la bandera insurrecta de Carlos Manuel de Céspedes durante el Te Deum celebrado en la Parroquial Mayor, quien entró al templo “bajo palio”, privilegio que solo tenían los jefes de estado y de todos los miembros de los miembros del primer gobierno en armas.

Es un hermoso conjunto compuesto por el palio, capa pluvial, casulla, manipulo, estola, cubre cáliz, dalmática y tunicela, las piezas están realizadas en tejidos de Jacquard de seda natural, con representación floral, de fondo amarillo y motivos multicolores. Su estilo decorativo es el neorococó. Están forradas de tafetán de algodón color beige rosado. Algunas de estas piezas están rematadas por galón de hilo metálico, probablemente de cobre dorado y el capillo de la capa se remata con fleco de alambre metálico en espiral según el decir de los restauradores españoles que intervienen en el proceso de restauración. Pertenecen al ajuar de la Catedral del Santísimo Salvador de Bayamo, desde mediados del siglo XIX, cuando el templo era la Parroquial Mayor y se encuentra en custodia en la misma.

Dedicación
El próximo 16 de febrero será bendecido el altar de la Capilla de Nuestra Señora de los Dolores y el 17 abrirá nuevamente sus puertas después de 3 años de importantes labores de restauración. También será bendecido el altar de la Catedral dedicada al Santísimo Salvador.

Fuente: http://www.iglesiacubana.org/

Foto:  Simón

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