Plaza Vieja
Constituye el primer intento planificado de ampliación de la ciudad como respuesta al desarrollo urbano y comercial de La Habana con transformaciones hasta la actualidad.
Plaza Vieja se encuentra en la zona de La Habana Vieja. Se le llamó originalmente Plaza Nueva. Surgió como espacio abierto en 1559, luego de la Plaza de Armas y la de San Francisco, respectivamente, aunque hay algunos autores que señalan que fue la segunda plaza existente en La Habana. Fue zona residencial de la plutocracia criolla en tiempos de la colonia.
Cambió después el nombre cuando surgió otro importante espacio en la villa, la Plaza del Santo Cristo. Se afirma que la bulliciosa actividad en la Plaza de San Francisco, donde se reunían vendedores y pregoneros, entorpecía el desarrollo de la misa de la iglesia y atendiendo a ello los padres franciscanos solicitaron la creación de una plaza con fines comerciales.
Desde el siglo XVI el Ayuntamiento decretó el establecimiento de esta plaza a unos cien metros del convento, pero no fue hasta finales del siglo XVII que la entonces identificada como Plaza Nueva floreció casi de manera espontánea.
El área de la plaza está delimitada por las calles Muralla, Mercaderes, Teniente Rey y San Ignacio. La plaza representó el primer intento planificado de ampliación de la ciudad. Constituyó un área utilizada para distintas modalidades, como zona de residencia, comercial y recreativa, sin contar con construcciones religiosas o de tipo político–militar.
En el siglo XVIII la Plaza fue convertida en mercado popular. En 1814 con el nacimiento del Mercado Nuevo de la Plaza del Cristo, pasó a denominarse Plaza Vieja para diferenciarla. La plaza ha sido identificada además a través de otros nombres, tales como Real, Mayor, Mercado, Fernando VII, de la Constitución, Parque Juan Bruno Zayas y Parque Julián Grimau.
Conjunto arquitectónico urbanístico
Está representado por valiosas construcciones coloniales del siglo XVII, siglo XVIII y siglo XIX y algunos ejemplos de las primeras décadas del siglo XX que mantienen unidad estilística. En esta plaza está el majestuoso Palacio de los Condes de Jaruco que cuenta con amplias galerías, techos de alfarje, ventanas de madera torneada y pinturas murales. Es una residencia del siglo XVIII. Allí nació la narradora cubana Mercedes Santa Cruz y Montalvo, conocida como la Condesa de Merlín.
Algunas de las viviendas que bordean la plaza constituyen expresión temprana de las construcciones que tipificarían este lugar de La Habana: casas de dos plantas, abiertas al exterior a través de portales y galerías.
En la casa de San Ignacio 352–354, del siglo XVII, se fundó en 1824 la Sociedad Filarmónica, primera sociedad exclusiva de recreo en la capital. En esta sociedad se organizaban bailes en los que participaban las familias más ricas de La Habana.
En 1908 se derribó el antiguo mercado de la Plaza y en su lugar se construyó un parque que en 1952 cambió su fisonomía al edificarse un parqueo soterrado que desvirtuó ese espacio urbano.
A partir de la década de los años ochenta, una vez declarada La Habana Vieja Patrimonio Cultural de la Humanidad, arquitectos y restauradores se empeñaron en salvar la Plaza Vieja. Y como parte de ese trabajo se eliminó el parqueo soterrado y en el centro de la plaza se situó una réplica de la fuente original que allí estuvo.
Los primeros edificios restaurados fueron la residencia de los Condes de Jaruco que acoge actualmente al Fondo de bienes Culturales, el edificio de Mercaderes No. 307, donde radica la Fototeca Nacional, y la casa Franchi Alfaro, convertida en vivienda multifamiliar.
Posteriormente se restauraron la vivienda de San Ignacio 364, residencia del Conde de Lombillo, y la de las hermanas Cárdenas, sede del Centro de Desarrollo de las Artes Visuales. Igualmente han sido restaurados el antiguo colegio San Ángel, que alberga hoy a una inmobiliaria, el edificio Gómez Vila y la escuela primaria Ángela Landa.
Para la pavimentación del espacio urbano de la Plaza se utilizaron cenefas de mármol que representan el lugar donde alguna vez estuvieron enclavadas las casillas del Mercado de la Reina Cristina, creado allí en 1835.
El proyecto general de restauración de esta plaza fue concebido por el Centro Nacional para la Conservación, Restauración y Museología en colaboración con la Oficina del Historiador de la Ciudad y ejecutado por la empresa constructora Puerto Carena.
La Plaza Vieja engalanada con obras del español Antonio Grediaga es escenario de diversas actividades entre ellas espectáculos de teatro de calle, acciones de artes plásticas y variedades circenses.
Fuente: Ecured
Fotos: Dcubanos