José Mojica, en dos tiempos
Corre diciembre de 1931 y los jardines del Hotel Nacional, a un año apenas de su inauguración, están extraordinariamente animados ante la presencia del actor-cantante mexicano José Mojica.
Por Leonardo Depestre Catony
Corre diciembre de 1931 y los jardines del Hotel Nacional, a un año apenas de su inauguración, están extraordinariamente animados. Una numerosa población femenina integrada por elegantes damas de todas las edades invade la planta baja de la edificación, ocupa los salones de espera y se pasea bajo los balcones.
Ello es debido a la presencia en una de las suites del divo mexicano José Mojica, recién llegado a La Habana, donde tiene previstos dos conciertos, los días 14 y 16 de ese mes, en el Teatro Nacional.
Palabras en 1931
El periodista de Bohemia que llega hasta su habitación y lo entrevista anota en el cuaderno: «Mojica es un hombre agradable. Todo en él tiene un encanto de atracción íntimamente amable».
El artista comenta:
– Puede usted decir que estoy verdaderamente encantado del público de La Habana. No sabe cómo conforta y satisface al artista ese calor de afecto que ofrece el público con sus demostraciones de devoción.
Las actuaciones no defraudan y el cantante actor se gana los elogios de la crítica, los de cuantos lo admiran y abarrota el Teatro Nacional. Los vítores resuenan en sus oídos. Mojica triunfa en La Habana. Deja tal recuerdo que son muchos quienes cuentan, como parte de la memoria familiar que vale la pena compartir con los hijos, esta expresión: «Yo vi cantar al gran Mojica».
Años después, vino lo inesperado, que con los días y las semanas se confirmó como noticia: el protagonista de El precio de un beso, Ladrón de amor, Hay que casar al príncipe, Mi último amor, La ley del harén, El rey de los gitanos, La cruz y la espada, Un capitán de cosacos, Fronteras del amor, películas de mucha taquilla en Hispanoamérica y Estados Unidos, el galán mexicano que causó furor, abandonaba la vida alegre de teatros y estudios de filmación, de viajes y riquezas, para incorporarse a la disciplina eclesiástica.
En 1947, fray José Francisco de Guadalupe se ordena en Lima de sacerdote. Sin embargo, lejos de extinguirse, la leyenda se acrecienta, ya veremos por qué.
Un Mojica diferente
Sucede que 20 años después de la primera visita, está de nuevo en La Habana. Las fotografías lo muestran con unas cuantas libras de más, mientras el pelo negro se ha vuelto grisáceo y más escaso.
La sotana, las sandalias, la tonsura revelan un artista de rostro sosegado, en paz consigo mismo. Llega el 12 de marzo de 1951y decide alojarse en el Convento Franciscano de la capital.
Su arribo es noticia de primera plana en los diarios y las antiguas admiradoras lo encuentran extraño con su hábito de franciscano.
La expectación es mayúscula, pues la Orden le permite cantar, solo que el repertorio debe ser de música sacra. José Mojica, o mejor dicho, fray José Francisco de Guadalupe, ofrece varias actuaciones en el teatro Blanquita (hoy Karl Marx), con motivo de la celebración de la Semana Santa.
Retablo del Calvario, Retablo goyesco, Las campanas de gloria —con el acompañamiento al piano del padre Ernesto Arauco, del Orfeón Vasco de 100 voces, y de la soprano Oneida Padilla— se escuchan en la voz del juglar franciscano, como la prensa ha dado en llamarle.
El sacerdote ronda por esos días los 56 años de edad… ¡mas no ha dejado de ser noticia! Filmó en México, Hollywood y Argentina. Se cuenta que el muy famoso bolero Solamente una vez, fue dedicado a él por el compositor mexicano Agustín Lara al conocer de su incorporación al sacerdocio.
No es poco
En realidad, Mojica nunca dejaría de ser noticia: ni cuando ya como fraile filmó en 1953 su última película, en España: El pórtico de la gloria; ni cuando se rodó su biografía fílmica (Yo pecador) en 1959. Porque, sencillamente, José Mojica fue un personaje irrepetible. Había nacido en San Gabriel, México, el 14 de septiembre de 1896, y murió en Lima, Perú, el 20 de septiembre de 1974.
Fuente: www.cubanow.net
realmente no se le ha valorado su trabajo teniendo la altura del fraile jose mojica gran tenor mexicano de la voz de oro.
Quiero por favor teléfono de la familia José mojica
Un Gran Ser Humano antes de entrar en la Iglesia Catolica y se mantuvo asi estando en La Iglesia Catolica.